LA LEY DEL MÍNIMO ESFUERZO
exposición individual de Martin Kazanietz
16.05.24 - 14.06.24
SOBRE LA EXPOSICIÓN
“Los arqueros son todos boludos”, dijo alguna vez Diego Armando Maradona, y a lo largo de su carrera se dedicó a hacerlos pagar por eso. Cada gol del Diez equivalía a un Uno desparramado, doblado, enredado, estirado al límite de sus posibilidades, tropezado, desorientado, en fin: vencido. Es el karma del que ataja: embellece la escena cuando fracasa. Como dice el tango, primero hay que saber sufrir. O, dicho de otra manera: 1- Sufrir.
Martin Kazanietz se pasó buena parte de su infancia mirando arqueros, y dibujándolos. No les podía sacar los ojos de encima. Es muy probable que esa fascinación temprana haya determinado su futuro como artista, si tenemos en cuenta que no hay un jugador de campo que otorgue tantas posibilidades a la hora de representar un cuerpo. Cada atajada es una contorsión. Ninguna es igual a la otra. La línea imaginaria que une las manos de un arquero con sus pies y cabeza es un garabato impredecible y trazar esa línea, entonces, se vuelve un ejercicio excelente para soltar la muñeca, no muy distinto del de un grafitero que dibuja su nombre en aerosol sobre una pared, y después otra y después otra. Siempre lo mismo, siempre diferente..
Al igual que los grafitis que M.K. pintaba a los veintitantos, sus arqueros no tienen fondo ni contexto, sino que se terminan de configurar en el entorno. ¿Qué hace un arquero en una galería de arte? Por empezar, se aleja del arco, y de esa manera se vuelve invencible (ni Maradona puede meter un gol si no tiene adónde patear). Por otro lado, eso podría ser un superhéroe: alguien que usa trajes de colores, desafía la gravedad, fascina a los niños... y no está parado debajo de los tres palos.
Reconocidos predicadores del sufrimiento como el Papa Juan Pablo II y Javier Milei, presidente de Argentina, comparten un pasado de arquero. Maradona se peleó con uno y sin dudas se habría peleado con el otro de no haber tenido el mal gusto de morirse en 2020. La verdad es que es difícil respetar a alguien que prefiere usar las manos en un deporte al que se juega con los pies. ¿Por qué hacen eso? ¿Porque es más fácil? La ley del mínimo esfuerzo ha sido muy malinterpretada.
Pero bien entendida es una gran ley. Se trata de no desperdiciar energía, de calcular el mínimo esfuerzo necesario para alcanzar el objetivo. En inglés, dicho sea de paso, objetivo se dice “goal”, lo cual nos enfrenta a la paradoja de que el objetivo del arquero es impedir el objetivo. No se puede ser más odioso. Por otro lado, eso es definitivamente un villano: alguien que va en contra de lógica, se regodea en el sufrimiento, fascina a los niños... y hace enojar a Maradona.
En esta galería de villanos los arqueros no podrán ser vencidos pero al menos quedaron pintados.
Texto por Lucas Garófalo
SOBRE MARTIN KAZANIETZ (ARG, 1985)
Nació en Buenos Aires en 1985, creció en General Pico, La Pampa. Estudió diseño gráfico en la UBA. Participó como muralista en festivales como Proyecto Duo y Color BA (Buenos Aires), Pintó La Isla (Isla Maciel) y Parets (Valencia). Pintó murales en la cancha de San Telmo, Club Victoria de Villa Bosch y en La Bombonera. Dedicó varios años de su pintura a la cultura de fútbol amateur. Trabajó como ilustrador para revistas y editoriales especializadas en el tema como OOF, So Foot, Victory Journal, Mundial Mag, Pickles Magazine, Season Annual, Zeit y Orsai.
Participó de muestras colectivas en Casa del Bicentenario, CheLA, Fundación el Mirador, Beta Sur y Barrakesh (Buenos Aires) Richard Heller Gallery (Los Angeles), Plus One (Amberes), Chandran (San Francisco), Julio Artist Run Space (Paris), Palazzo Monti (Brescia) y Mana Contemporary (Jersey City). Hizo muestras individuales en Hollywood in Cambodia, Beta Sur (Buenos Aires) Institut Français y en La Causa Galería (Madrid), Taymour Grahne Projects (Londres), Galerie LJ (Paris) y en Allcity Space (Nueva York).
Entre sus proyectos para 2024 se destacan: su tercera muestra Individual en Madrid junto a La Causa Galería, una muestra colectiva en OOF Gallery en Londres, y ¨Get In the Game¨, muestra colectiva en el San Francisco Museum of Modern Art. (SFMOMA).
Actualmente vive y trabaja en Viedma, Río Negro.