SOBRE LA EXPOSICIÓN

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"La Sombra del Pino" reúne una serie de obras creadas de manera colaborativa por el dúo de pintores uruguayos Maite y Manuel, cuyo trabajo fusiona la disciplina del dibujo con un distintivo lenguaje personal situado a medio camino entre la abstracción y la figuración. 

 

El título de la exposición proviene del contexto de producción de las obras. Realizadas durante los meses de verano en el jardín de casa, los artistas movían constantemente los bastidores de un lado a otro, buscando la sombra de los pinos como refugio del sol y método de protección de las pinturas. Este proceso les ha permitido explorar y observar el trabajo en curso desde múltiples perspectivas, generando pinturas llenas de movimiento, resultado de ritmos interrumpidos “a la sombra del pino” y variaciones que se han ido infiltrando como parte de todo este proceder creativo basado en la acción, la pincelada rápida y la reflexión, sin olvidar el espíritu de juego que origina cada obra. 

 

Actuar, rectificar, tropezar, experimentar, entorpecer, todo en el desarrollo creativo de Maite y Manuel forma parte de una conversación entre ambos fundamentada en el testeo de la materia y alimentada por la aleatoriedad de los gestos que van sucediendo obra tras obra y que conforman esa pelea entre lo intencional y lo autómata que ambos buscan resolver de manera satisfactoria. 

 

Los personajes que aparecen en las obras son el eje central que vertebran la trayectoria artística de Maite y Manuel. Imaginados a partir de referencias e imágenes que evocan recuerdos de su infancia con toques de fantasía y ligereza, la concepción de estas figuras permite a los artistas abordar temas profundos y emociones complejas con sutileza y jovialidad. Estos personajes inventados representan el alter ego de los artistas y ponen en escena situaciones autorreferenciales, reflexionando en torno a las dinámicas, desafíos y tensiones de ser un dúo artístico, y temas como la dependencia mutua, las dificultades de residir en un país extranjero y la timidez.

 

Maite y Manuel se dedican a jugar y experimentar con la pintura, enfocándose en sacar provecho de los errores y en consolidar la confianza mutua mientras crean. Las obras dirigen la atención principal hacia las emociones, despojando a los personajes de su entorno con el objeto de resaltar esas experiencias interpersonales compartidas. En la mayoría de las composiciones el personaje principal parece estar desconectado de los demás, suspendido en un plano alternativo dentro de la imagen, perdido en silencio en medio del bullicio del mundo que lo rodea, viviendo una lucha interna que pasa desapercibida para los demás.

 

Una colaboración que se basa en la combinación de sus dos energías y que escenifica así un diálogo continuo guiado por el consenso entre los dos artistas.